Argentina 2. - El Chalten. Fitz Roy. Cerro Torre.
El Chalten es un pueblito, en medio de la nada también, que también vive del turismo, en este caso de las caminatas o trekking que la gente hace en la montaña Fitz Roy o el Cerro Torre, ambos muy, muy impresionantes que son punto obligado en el recorrido del cono sur. Yo, no iba muy preparado, hace años que no hago deporte, y claro, llegar allí y ver los senderistas con sus ropas especiales para las caminatas, bastones, mochilas, casetas de campaña, botas y calcetines especiales, comparados conmigo que solo llevaba las botas, vaqueros, una sudadera, una chaqueta de cuero y una bolsa de plástico con la comida! Casi me hace no ir, pero bueno, como yo vergüenza tengo poca, fui igualmente, los únicos que me miraban raro y se rieron de mi, a que no sabéis de donde eran, pues si, españoles, porque allí, todos eran extranjeros, y se habla o ingles o español, yo, sabiendo los dos idiomas escuchaba lo que dicen, y como ellos no saben que idioma hablo yo… si, que inteligentes nos creemos los españolitos…
Así que con esas pintas subí hasta arriba! Increíble! Vistas de la leche, ríos, senderos, lagos, arroyos, colinas, increíble despliegue de distintos tipos de naturaleza en un mismo sitio. El Fitz Roy se hace en cuatro horas, mas cuatro de vuelta, el cerro torre en tres. Y bueno, me paso una cosa mala. Todo no iba a ser bueno, el primer día en el cerro torre, por no llevar el equipo adecuado (buenos calcetines), me hice una ampolla en la parte de atrás del pie izquierdo de cojones, se me veían, los tendones, los músculos, los huesos y parte del estomago. Y que hace un viajero con aires de senderista que no puede casi ni andar y al día siguiente tiene que andar seis horas con semejante ampolla? Ponerse doble calcetín y salir a caminar igualmente. Os imagináis como tenía el pie al terminar el segundo día, y el suplicio de la vuelta por las abruptas pendientes y caminos de allí. A que soy cabezón? Bueno, que cojones, mereció la pena, y lo volvería a hacer, la belleza que vi no tiene desperdicio. Me puse las sandalias que llevaba, me remangue el pantalón y pensé que en unos días se me pasaría, total, tenía que ir a Chile, pasando por calafate, y dos o tres días sin excesos tenía por delante. Cene con las israelíes y conocí un chico muy simpático de León esa noche. Y a Chile me fui…
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