Argentina. - Pampa. Bariloche. Patagonia.

Che boludos!

Aquí estoy de vuelta a actualizar mi vida con todos vosotros, que claro, si pasa tiempo sin actualizarse, será probablemente que es porque estoy ocupado, cosa que conociéndome, no es rara, mi ritmo de vida no ha cambiado mucho.

La última vez que os escribí estaba en Buenos Aires, y aquí estoy otra vez, pero no sé hasta cuándo. Estaba quedándome en casa de mi amigo a dormir, y cuando se fue mi original compañero de viaje de vuelta a Europa, pensé, si, me lo estoy pasando bien, pero el verano se va a acabar y todo no es Buenos Aires, solo había ido a las cataratas de Iguazú. Así que me despedí de todos, y partí hacia el sur, que era uno de los puntos objetivos de mi viaje. La Patagonia.

Camino allí, cruzando toda la Pampa, (ni una montaña con la línea recta del horizonte delante de ti) se llega a Bariloche, centro neurálgico de las vacaciones de los argentinos, y paisajes tipo Suiza, conocí un chico de Barcelona, originario de chile y que había vivido en Londres siete años con el que me lo pase bien y pasamos varias peripecias. Allí conocí alemanes, canadienses, brasileños y unas argentinas muy simpáticas con las que hicimos algunas excursiones. Bariloche es un sueño a la vista, paisajes de infarto, la subida a los cerros con unas vistas increíbles, la ruta de los siete lagos (increíbles fotos), y los pueblos de los que todo el mundo se enamora, como Villa la Angostura, San Martin de los Andes, y un largo etcétera….

Después de la verde Patagonia fui con este chico a ver la blanca Patagonia, otro de mis puntos objetivos, Los glaciares, especialmente el que siempre había oído, El glaciar Perito Moreno. Para ellos fuimos en el llamado camino del desierto, que no es más que un camino de tierra y piedras en el que tardas 40 horas en bus! Horrible! Se cruza la estepa y es increíble de ver también. Pero bueno, conocimos unos tíos ingleses con lo que pasamos todo el viaje hablando de muchas cosas, bebiendo vino y se hizo el viaje mucho mejor. La ciudad para ir a ver los glaciares en El Calafate, desde allí se accede al parque nacional, donde se puede andar por los glaciares, o visitarlos, en mi caso, mirando la economía, fui solo a ver el perito moreno, único que se puede acceder a coche o a pie, por eso es el más famoso, y los otros, más grandes, pero que hay que acceder en barco por los ramales de los lagos, el barco estaba muy bien aclimatado, con bar dentro, donde te dan bebidas y comida. Luego te dejan en una parte donde después de un pequeño paseo te llevan a un lago precioso lleno de témpanos de hielo. Qué decir de los glaciares, es increíble, majestuoso, impresionante, todo lo que diga es poco, masas de hielo de 30 metros de altura que se desplaza hacia el lago, que cada cinco o diez minutos cae un trozo inmenso de hielo al agua, haciendo un ruido tan grande que te estremece hasta el último pelo de tu cuerpo. INCREIBLE. Nos dijeron que nos teníamos que ir, y pensé! Cabrones, nos tienen aquí unos minutos y nos echan! Les digo, pero si no ha pasado nada de tiempo! Y dijeron, llevamos aquí más de cinco horas! Quieres más!?, joder, se me habían pasado como cinco minutos!
Calafate no es nada del otro mundo, es un pueblito en medio de la nada, que vive del turismo. Al contrario que Bariloche que se la ve más, mas, mas pueblo. Salimos un día por los bares, que son dos con una chica argentina que conocimos, y los hostales hice una buena amiga medio americana medio búlgara y unas amigas israelíes con las que fui a El Chalten luego.