Chile 1. - Puerto Natales. Torres del Paine.
Una noche en El Calafate, y el bus a Puerto Natales, que era el primer pueblo que piso en Chile, y pueblo dormitorio del impresionante Parque Nacional Chileno de Torres del Paine. Doloroso paso por la aduana chilena, que te miran hasta que talla de calzoncillos llevas para evitar que metas nada en el país, ni droga, ni armas, ni comida, si! Ni comida! Cabrones! Me alojo en una casa que pertenece a una señora ya mayor que vive sola y que me cuenta la idiosincrasia de los chilenos y de la curiosa relación de amor odio con Argentina. En una tarde arreglo todo para ir a ver las Torres del Paine, pero como no tengo el equipo adecuado de senderista, y tengo un pie jodido, me decido después de preguntar en la bonita oficina de turismo, al lado de un impresionante lago con puerto, (Natales da al mar por los canales entre islas que parecen lagos), y me decido por un mini bus que hace todo el recorrido por todas las partes interesantes del parque, sin hacer el trekking y las caminatas que hay hasta de 12 dias. Asi que voy, claro, como los abuelos del inserso en el mini bus. Ya lo había hecho en la ruta de los siete lagos en Bariloche con guía y fue magnífico. Así que me decido por eso. A las siete de la mañana me recogen en el Hostal (vaya guiri que estoy hecho), y allá vamos. Fue más o menos como lo que había visto antes, ese despliegue de belleza, montañas, lagos, ríos y distintos animales. La Patagonia es increíble, desde los Highlands de Escocia nunca vi paisajes semejantes. Un día tengo que volver y hacerlo bien, con equipo, tienda de acampar y a vivir! (y a andar). Lo del bus está bien, porque lo ves todo y conoces gente, hacen paradas en todos los sitios importantes para hacer fotos y te lo explican todo genial, conocí una pareja de Madrid muy simpática con la que congeniamos muy bien (tenían mi edad, españoles y vagos tenían que ser), y quedamos que a la noche nos iríamos a cenar juntos. A la vuelta al hostal (casa de la vieja), que sorpresa me llevo cuando al entrar me encuentro con uno de los ingleses con los que había hecho el viaje en bus desde Bariloche a Calafate por la ruta 40, y el tío estaba allí, sentado y reventado después de las caminatas, qué bueno!, es lo divertido de estos viajes, conoces gente, y luego te la vas encontrando por el camino! Y es más, me dijo que había visto al otro ingles y al chico de Barcelona bajándose de un bus en el mismo pueblo por la mañana, pero a saber donde estaban! El chico estaba cansado y me fui solo a la cena con la pareja de Madrid. Comimos de puta madre en un restaurante pijo por cuatro duros. Después de la despedida y correspondiente intercambio de emails, a la vuelta en un puesto de completos (perritos calientes), sabéis a quien veo? Al otro ingles y al de Barcelona! Jaja! Después de correspondientes abrazos y saludos vamos a la casa de la vieja a buscar al otro chico y nos fuimos a por pintas hasta las cinco de la mañana en el pueblo! Borrachos de mierda!
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