buscando ilusiones

viernes, diciembre 19, 2008

Bolivia. Frontera con Argentina. Villazón.

Después de terminar de explorar la zona norte argentina, en nuestro camino al norte llegamos al borde con Bolivia. En la frontera encontramos dos pueblos, juntos, pero de distinto país. Estos son La Quiaca y Villazón, argentino y boliviano respectivamente. El bus nos dejo en La Quiaca, donde caminando llegamos al borde. Bolivia empezaba fácil. Se puede pasar el borde caminando si se quiere, sin presentar pasaporte. Claro, que si la policía te pilla sin el sello de la frontera dentro de Bolivia puedes tener un problema. Después de un rato de espera en la cola para el sello, vimos la desorganización que veríamos varias veces después en Bolivia, que tan difícil es organizar una cola?
En Villazón no hay nada que ver, pero se encuentra una cosa que no existe en Argentina, Tren! Después de cambiar el dinero, y preguntar bastante, porque ojo, cada uno te da el cambio que le da la gana, llegamos a la estación de tren, donde encontramos a una pareja muy simpática de madrileños que ya habíamos visto haciendo autostop en el camino de la ruta de Cafayate donde hablamos con ellos, como pasa en estos viajes, siempre te vas encontrando la misma gente por el camino que va haciendo tu misma ruta. Desde Villazón en el tren puedes hacer dos cosas dependiendo la antelación que tengas. Ir a Tupiza, pueblito al sur de Bolivia, o ir a Uyuni, lugar en que se llega a las dos de la mañana y hace un frio de muerte, pero es desde donde se inician os tours a el salar de Uyuni, el salar as grande del mundo, y unos de los puntos de interés más grandes de Sudamérica. No conseguimos asiento para Uyuni, además de ser un asiento de mierda para 8-9 horas de viaje, así que nos decidimos por ir a Tupiza y ver qué pasaba por allí, en Villazón no había nada que ver, y los madrileños nos dijeron que en Tupiza podíamos ver más cosas también.

martes, diciembre 02, 2008

Salta y Jujuy, Argentina. El placer del relax, comer y beber.

Paisajes deserticos, caminatas por montañas y montes nunca vistos, mercados de colores y tamaños que ya no existen en europa mas las visitas a museos, ruinas incaicas y preincaicas son parte de la oferta en la naturaleza de la provincia de Jujuy. Como pasaba en los pueblitos de Cordoba, pasa aquí, las dos semanas que te lleva conocerlos es una invitación al relax. Mucha gente viene a vivir aquí quemada de la ciudad y pone restaurantes o hostales para los viajeros, la mayoría igualmente de Buenos Aires que quiere escapar de la ciudad y del stress para vivir mas acorde a una vida tranquila en la naturaleza arida de Jujuy. Fueron unos grandes días en los que no existió el stress.
La cocina es una cosa que me gusta mucho, pero mas cuando hay tiempo para pensar que hacer, ir a comprar y hacerlo. Como ahora cuando viajas relajadamente. El chico de badajoz es un cocinitas y se le da bien, y ya sabemos como son los franceses con la comida. Eso, mas el encuentro con unos mercados amplios, baratos y con una variedad impresionante, ademas del hecho de encontrar productos que nunca habíamos visto, como la calidad de la carne argentina, las patatas andinas, o una muestra super variada de especias, hizo que haya disfrutado de la cocina como pocas veces antes, con nuestras propias manos, y mas con estos dos chefs con los que he aprendido algunas buenas cosas. Y todo a precio de risa! Comprabamos bolsas enteras de verduras y carne por dos euros cada una! Y todo fresco recién traido del campo!!!
Otra cosa a destacar en el norte de Argentina es el vino. El mas conocido es el de Mendoza, pero los vinos de Salta y Jujuy no tienen nada que envidiarles. Hemos agarrado grandes cogorzas comiendo y haciendo aperitivos con el vino. Y es que el precio encima era de risa! Borrachos de mierda!