buscando ilusiones

sábado, agosto 02, 2008

Mar del Plata. Uruguay.

Me fui varios días tras la invitación de mi amigo español a Mar del Plata. Típica ciudad con playa para vacaciones veraniegas donde yo fui en invierno y donde nos hizo un frio de cojones, pero lo pase muy bien con sus amigos argentinos. Comiendo bien, pescado por fin y de calidad, que ya estaba cansado de la carne, y descansando. La semana de vuelta se me acababan los tres meses de permiso de turista que tiene todo visitante a Argentina. Y claro, que se puede hacer para no ser ilegal? Salir del país y volver a entrar. Así que me fui a Uruguay. Colonia y Montevideo concretamente. Definitivamente Uruguay es España y Argentina es Italia. Las costumbres, comidas, y la gente aquí son más del estilo español, por eso, Uruguay, no me dice gran cosa, todo es similar, conocido, y realmente no tiene gran cosa que ver. Eso sí, conocí gente muy muy interesante que me hizo pasármelo genial y sentirme muy integrado. A la llegada y en un día vi Colonia, pueblecito colonial que está muy cerca de Buenos Aires, concretamente al otro lado del rio, del estuario de la desembocadura del rio de la plata, al que fui en el segundo ferry mas grande que me he montado en mi vida, con excepción del Viking Line Estocolmo - Helsinki, que bueno, no sé si es un ferry o crucero mas bien, pero por si acaso. Colonia tiene casas re - antiguas que me recuerdan a las antiguas blancas casas andaluzas – portuguesas con el suelo de las calles empedrado, o me recuerda a la casa donde vivía mi abuela. Muy bonito, especialmente para venir con pareja y pasar por sus antiguas calles. Pueblo que se ve en 3 horas. Conocí una pareja americana en el hostal con la que me fui a hacer fotos y cenar por el pueblo. A las doce estaba en cama, pero con este ritmo raro de sueño que tengo, a las siete de la mañana estaba en el salón de desayunos del hostal trabajando en el proyecto nuevo por que no podía dormir más.
En bus llegue a Montevideo. Y bueno, urbe grande, con la mayoría de uruguayos viviendo aquí y dejando el resto del diminuto país en bragas y vacio. Allí realice mi primera experiencia couchsurfing de mi vida. Me quede en casa de una brasileña que vivía en Montevideo con su hijo de nueve años. Luego, su amiga armenia, una chica no tan chica hippie que conocí por terceras personas, una lovely pareja que conocí a través de la web también, y mi amigo español con el que fui a Mar del Plata, que vino al igual que yo por lo de la visa unos días más tarde, amenizaron las dos semanas que pase en Montevideo visitando la ciudad y trabajando en los proyectos que tenia.

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